jueves, 3 de noviembre de 2011

Bajón de libido es lo que ha causado el actor con su confesión. Estar en la cama con la mujer de su vida dentro y fuera de la pantalla no hace que Rob derroche romanticismo sino todo lo contrario. Y ¿qué es lo primero que se pasó por la cabeza después de la escena? Ir directo a comer. 


 
Las cámaras, los focos, la gente... La escena de sexo de la saga Crepúsculo no fue precisamente íntima. Y si a eso le sumamos que Rob llevaba una larga temporada haciendo una estricta dieta para poder presumir de músculos sin camiseta, pues es normal que lo primero que pensase al terminar de grabar fuera ir directo a pegarse un atracón.
   El propio Rob reconoce a una revista mexicana: "Estuve trabajando duro durante seis meses. Así que después de firmar la escena de sexo, lo primero que pensé es: 'Hora de comer'".
   La verdad es que el vampiro ha tenido que adaptar su cuerpo dado que en el film tiene una dura competencia: los impresionantes músculos del lobito Taylor Lautner.
   Pattinson como buen profesional, siguió a rajatabla el entrenamiento para que no hiciera falta recurrir a un doble y él mismo asegura: "Todo el tiempo que estuvimos grabando pensaba: 'Tenemos que hacer que esto sea espectacular'".
   Además asegura que Taylor ha sido una inspiración para él a la hora de adaptar su físico a las necesidades del guión. "Nunca había estado preocupado por eso antes, pero después de ver lo duro que entrena Taylor para las películas pensé: 'Bueno seguro que ahora todo el mundo me juzga'".
   Kristen por su parte tampoco lo pasó precisamente bien en esa cama ya que reinó en todo momento la incomodidad.
   Así que cuando veamos la esperada escena podremos valorar si la pareja supo actuar bien para disimular lo poco que les gustó.

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